Las varices o venas varicosas son venas dilatadas y tortuosas que generalmente se evidencian en las piernas. El principal factor de riesgo de la enfermedad varicosa es el hereditario.
Las varices se producen debido a la insuficiencia venosa, es decir por la incapacidad de las venas para ejercer su función de retorno de la sangre hacia el corazón, esto provoca un cúmulo de sangre dentro de, generalmente las piernas, que hacen que las venas se dilaten y que se puedan hacer visibles y/o palpables.
Puede afectar ambos géneros, aunque es más frecuente su aparición en las mujeres, las investigaciones y estudios la atribuyen a un factor hereditario como su principal aparición, aunque hay muchos otros factores que pueden provocar su aparición.
Aunque es más común que las várices aparezcan en las piernas, también pueden apareces en órganos internos, como en el tracto gastrointestinal.
Factores de riesgo
El Hereditario es el principal factor de riesgo para que la enfermedad aparezca, según algunos estudios, si los padres tienen várices en los miembros inferiores, hay un riesgo del 94% que sus hijos desarrollen esta misma patología.
Si por el contrario, uno solo de los dos padres tiene la enfermedad, el porcentaje se reduce a un 25% en sus hijos varones y un preocupante 62% en sus hijas mujeres.
Otros factores de riesgo podrían ser el número de embarazos, el envejecimiento y la aparición de enfermedades que puedan alterar la pared de la vena, como la trombosis.
Embarazo: La compresión del útero y el feto sobre las venas abdominales dificultan el retorno venoso de las piernas aumentando el riesgo de tener várices.
Sobrepeso: Aumenta el riesgo de tener várices, tanto por un efecto de compresión sobre el retorno venoso de las piernas (similar al embarazo) como por la asociación con el sedentarismo.
Edad avanzada: La prevalencia de las várices aumenta de manera progresiva con la edad. Son altamente infrecuentes en la infancia, comienzan a aparecer durante la adolescencia, y son muy prevalentes en la edad adulta y en la tercera edad llegan a afectar a un 70 -80%.
Sedentarismo: Caminar favorece el retorno de la sangre de las piernas dado que con cada paso la contracción de los músculos bombea sangre de regreso hacia el corazón. Por lo tanto, el estilo de vida sedentario y las profesiones que implican estar muchas horas de pie o sentado en una posición fija aumentan el riesgo.
Esta patología puede aparecer en cualquier edad, incluso desde el momento del nacimiento, cuando se trata de una enfermedad congénita. Sin embargo, es más común que aparezca después de los 50 años, y es más frecuente en mujeres que en hombres.
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Señales de alerta
El primer signo de aparición de la enfermedad varicosa son las conocidas como arañitas, es decir, aquellas pequeñas dilataciones de capilares venosos en la piel que se comienzan a visibilizar en las piernas.
Las arañitas no ocasionan síntomas, pero si causa un grave problema estético en algunas personas, además se deben analizar porque podría ser la señal de alerta para evitar desarrollar las várices como tal.
Sin embargo, cuando hay dolor e hinchazón en las piernas, se trata de una enfermedad sintomática, que podría llegar a ser grave porque a medida que se van inflamando más las piernas, quiere decir que hay más presión por la columna de sangre que se está quedando estancada en estos miembros inferiores.
Lo que podría ocasionar, incluso, problemas infecciosos y la aparición de úlceras, por lo cual es recomendado acudir al especialista inmediatamente detectes que las venas de tus piernas comienzan a ser más visibles de lo normal, si observas la aparición de arañitas, o si comienzas a sentir más cansancio y las piernas más pesadas de lo habitual.
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